Para cualquiera era difícil cubrir el espacio de Luis Castañeda Lossio, quien al dejar el cargo gozaba de más de 80% de aprobación.
A medio año de haber asumido como la primera mujer elegida por voto popular para ocupar la alcaldía metropolitana, resulta desalentador que más del 60% de los vecinos y vecinas de la capital califiquen negativamente la gestión de Susana Villarán de la Puente. ¿Priman los prejuicios ideológicos, el machismo o la idea de que se debió seguir el camino trazado por el pasado burgomaestre?
Villarán tiene un ritmo más pausado que el esperado por los vecinos, más activista que gestora, ideologizada en un cargo ocupado por personajes pragmáticos. La alcaldesa está en una encrucijada: debe generar las obras y la seguridad que reclama Lima, y al mismo tiempo, implementar su visión de ciudad como espacio democrático, de inclusión y encuentro.
A medio año de haber asumido como la primera mujer elegida por voto popular para ocupar la alcaldía metropolitana, resulta desalentador que más del 60% de los vecinos y vecinas de la capital califiquen negativamente la gestión de Susana Villarán de la Puente. ¿Priman los prejuicios ideológicos, el machismo o la idea de que se debió seguir el camino trazado por el pasado burgomaestre?
Villarán tiene un ritmo más pausado que el esperado por los vecinos, más activista que gestora, ideologizada en un cargo ocupado por personajes pragmáticos. La alcaldesa está en una encrucijada: debe generar las obras y la seguridad que reclama Lima, y al mismo tiempo, implementar su visión de ciudad como espacio democrático, de inclusión y encuentro.
Extraído del Diario "El Comercio"
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